Decirle adios a una persona aveces es muy dificil, y mas pensando en todo lo vivido.
Pero hay veces que el adios es inevitable, ya se desgasto todo, y seguir insistiendo es en vano.
Querer retomar viejas instancias es imposible, el sentimiento de "estoy bien al lado tuyo" se vuelve insierto.
Ya el "te amo" es una palabra esporadica y sin sentido dicha al azar.
Yo siempre dije que los ojos son los espejos del alma, y una mirada dice mucho, y ver esa mirada que refleja cansancio y desgano en ambas partes es horrible.
Ya todo se vuelve patológico y acostumbramiento... los últimos indicios de un fin inevitable y un simple
gesto como un beso o un abrazo no se siente igual que antes, se sienten fríos y un tanto incómodos.
El hermoso acto de estar juntos, salir a pasear o incluso hacer el amor se convierte en algo monótono y sin sentido.
Todos llegamos al punto del cansancio y el hartazgo, en ese punto hay 2 caminos, tragarte todo e intentar salir a flote o terminarlo todo y poner un fin, desgraciadamente hoy para mi, la 2da opcion fue mi caso.
Hoy cierro este capitulo en mi vida, un capitulo que tuvo sus altas y bajas, que me dejo muchas enseñanzas,
pero que tambien me marco demasiado y que no me va a dejar ser el mismo de antes.
me siento algo orgulloso al poder poner un punto final a esto y me siento asi, por que poder decir adiós, es crecer.
y por eso hoy te digo adiós para toda la vida, aunque toda la vida siga pensando en vos.
Buena suerte y hasta nunca.
